Llegó a
nosotros alegre y corriendo y se nos ha ido paso a paso y en silencio, le
echábamos de menos, en las rutas, en la cena, también por sus palabras de
aliento, para él no hacia frío y tampoco calor y si llovía decía que andaba
mucho mejor. ¿Quién nos contará ahora como era Salvaleón?
Recuerdo
una frase que un día me dijiste “gracias por hacer que todos caminemos en la
misma dirección”, nunca la olvidaré. Ni el día que te vi en la plaza con tu
cartel de cartón “preguntándote porqué a tu querida plaza de Leganés le iban a
cambiar el nombre unos politiquillos sin alma y vengativos”, no te preocupes
para los que hemos sido emigrantes siempre será PLAZA DE LEGANÉS, aunque la placa ponga del Cubo.
Hasta
siempre Francisco, o mejor dicho, como tú querías que te llamásemos, nos vemos
en la siguiente ruta “QUINTO”.
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